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domingo, 15 de enero de 2017

Charles Dickens

Charles John Huffam Dickens nació el 7 de febrero de 1812 en Landport (Portsmouth, Inglaterra), hijo de John Dickens, oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth, y de su esposa Elizabeth Barrow. En 1814, la familia se trasladó a Londres, y cuando Charles tenía 5 años, la familia se mudó a Chatham (Kent). Su madre era de una familia de clase media y su padre siempre arrastraba deudas, debido a su excesiva inclinación al despilfarro. Charles no recibió ninguna educación hasta que cumplió nueve años. Se pasaba el tiempo leyendo vorazmente. En 1823 volvió a trasladarse con su familia a Londres, a Camden Town, que era entonces uno de los suburbios más pobres de la ciudad.
Su vida cambió radicalmente cuando su padre fue denunciado por impago de sus deudas y encarcelado en una prisión para deudores. Su madre se trasladó a vivir con el señor Dickens a la cárcel, posibilidad establecida entonces por la ley, que permitía a la familia del moroso compartir su celda. Charles fue acogido en una casa y acudía los domingos a visitar a su padre en la prisión.
A los doce años, se consideró que Charles tenía la edad suficiente para comenzar a trabajar, y así comenzó su vida laboral, en jornadas diarias de diez horas en Warren´s boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado, en la cual se encargaba de pagar etiquetas en los botes de betún; ganaba seis chelines semanales. Con este dinero, tenía que pagar su hospedaje y ayudaba a la familia, que permanecía encarcelado.
Después de algunos meses, su familia pudo salir de prisión, pero su situación económica no mejoró hasta pasado un tiempo, cuando al morir la abuela materna de Charles, recibieron una herencia de 450 libras, pero a pesar de ello, su madre no sacó a Charles de la fábrica, que era propiedad de unos parientes de ella.
En mayo de 1827, Charles empezó a trabajar como pasante en el bufete de los procuradores Ellis & Blackmore y después de un tiempo como taquígrafo judicial.


En 1828 comenzó a colaborar como reportero en el Doctor´s  Commons y posteriormente ingresó en calidad de cronista parlamentario en el True Sun.
En 1834 lo contrató el Morning Chronicle como periodista político, para informar sobre debates parlamentarios, y viajar a través del país a cubrir las campañas electorales.
El 2 de abril de 1836 contrajo matrimonio con Catherine Thompson Hogarth y estableció su residencia en Bloomsbury. Tuvieron diez hijos: Charles, Mary, Kate, Walter, Francis, Alfred, Sydney, Henry, Dora y Edward.
En 1836 aceptó el trabajo de editor del Bentley´s Miscellany, que mantendría hasta 1839, dejándolo ese año por una discusión con el dueño.
Sus artículos y sus libros fueron sumamente populares y gracias a las obras que iba publicando, Dickens ganó un gran prestigio. En 1841 fue nombrado hijo adoptivo por la ciudad de Edimburgo, y a principios de 1842 viajó a Estados Unidos, donde fue rechazado por parte de la sociedad de este país debido a las conferencias que impartía, contraria a la esclavitud.
Fundó en 1849 el semanario Household Words, donde difundió escritos de autores poco conocidos y algunas de sus obras.
Sometido como estaba a una gran carga de trabajo destinada a satisfacer la demanda de sus lectores, Dickens no tardó en caer en una crisis que le llevó a al ruptura con sus editores, tras exigirles una mayor remuneración, petición que fue denegada. Después de ello, Dickens inició una serie de viajes a Italia, Suiza y Francia, en donde conoció a Alejandro Dumas y a un joven Julio Verne. A su regreso a Inglaterra, obligado por nuevas necesidades económicas, extendió su actividad a otros campos: organizó representaciones teatrales, fundó el Daily News, hizo de actor y comenzó a dar conferencias sobre los derechos de autor, la defensa de las prostitutas y sobre la condena de la pena de muerte.
Alrededor de 1850 la salud de Dickens empeoró, debido especialmente, a la muerte de su padre, de una hija y de su hermana Fanny. Dickens se separó de su esposa en 1858. No obstante, la siguió manteniendo económicamente a ella y a la casa durante 20 años más, hasta el día que ella falleció. Dickens continuó escribiendo y dando conferencias y se refugió en casa de su amigo Wilkie Collins. Llegaron a escribir relatos juntos y se recomendaban ideas para sus respectivas novelas.
El 9 de junio de 1865, mientras regresaba de Francia para ver a Ellen Ternan, Dickens sufrió un accidente de un choque ferroviario, en el cual los siete primeros vagones del tren cayeron de un puente que estaba siendo reparado. El único vagón de primera clase que no cayó fue aquel donde se encontraba Dickens. El novelista se dedicó a atender a los heridos y moribundos antes de que los rescatadores llegasen.
Dickens se las arregló para evitar la investigación del accidente le salpicase, ya que viajaba con Ellen Ternan, actriz, que había sido compañera de Dickens desde que este finalizó su matrimonio y que pudo ser la última gota que provocó su separación, ya que se conocían cuando el estaba todavía casado. Ella continuó siendo su compañera hasta el día de su muerte. Las dimensiones de la aventura fueron desconocidas hasta la publicación en 193, de una biografía de la relación de Dickens con su hija Kate.
Parte de su tiempo lo empleaba en realizar lecturas públicas de sus novelas.
Volvió a escribir en el Old Year Magazine hasta su muerte y fue recibido por la reina Victoria, la cual era gran lectora de sus obras.
En 1869 Dickens aceptó presidir el Birmingham and Midland Institute, convirtiéndose así en su decimosexto presidente.
Cinco años después del accidente ferroviario, el 9 de junio de de 1870, falleció, tras sufrir el día anterior una apoplejía de la cual no recuperó la consciencia. Contra su deseo de ser enterrado en la Catedral de Rochester, de forma privada y discreta, lo fue en la llamada Esquina de los Poetas de la Abadía de Westminster. Dickens estipuló que no se erigiera ningún monumento en su honor y la única estatua, de tamaño natural, data de 1981 y se encuentra en Clark Park (Philadelphia, Estados Unidos).







Libros leídos:
- Cuento de Navidad (1843)**

  El señor Scrooge es un viejo avaro y cascarrabias. No conoce la compasión ni la caridad, tiene el carácter avinagrado y un corazón duro como una piedra que no se ablanda ni tan sólo cuando llega Navidad. Pero pronto va a recibir la visita inesperada de tres espíritus que lo acompañaran a las Navidades de su infancia, del presente y del futuro. Y lo que descubrirá le cambiará la vida.

  "Si hay un libro que puede definir perfectamente la definición de clásico, es este de Cuento de Navidad, que pese al paso del tiempo, se mantiene fresco y entretenido. Maravilloso regalo para los sentidos".

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