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domingo, 26 de junio de 2016

William Shakespeare

William Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon (Inglaterra) en abril de 1564. Fue el tercero de los ocho hijos que tuvieron John Shakespeare, un prospero comerciante, y Mary Arden, que descendía de una familia de abolengo.
No se conoce el día exacto de su nacimiento, puesto que entonces sólo se hacía el acta del bautismo, el 26 de abril en este caso, por lo que es de suponer que nacería algunos días antes, según era lo corriente; la tradición ha venido fijando como fecha de su nacimiento el 23 de abril, pero este dato no aparece reflejado en ningún documento.
El padre de William, que se encontraba en la cumbre de su prosperidad cuando nació, cayó poco después en desgracia. Acusado de comercio ilegal de lana, perdió su posición destacada en el municipio, aunque hay quien apunta a que realmente se debió a su procesamiento por una posible afinidad con la fe católica.
William cursó sus primeros estudios en la escuela primaria local, la Stratford Grammar School.
El 28 de noviembre de 1852, cuando tenía 18 años de edad, William contrajo matrimonio con Anne Hathaway, de 26 años. Anne estaba embarazada de tres meses. Tuvieron un hijo, Hamnet, y una hija más, aunque el niño murió con 11 años. Tras su matrimonio, apenas hay huellas de William Shakespeare en los registros históricos, hasta que hace su aparición en la escena teatral londinense.
Hacia 1592, Shakespeare se encontraba ya en Londres trabajando como dramaturgo y ya era bastante conocido.


Pronto se convertiría en actor, escritor y, finalmente, copropietario de la compañía teatral Lord Chamberlain´s Men, que recibía su nombre, al igual que otras de la época, de su aristocrático mecenas, Lord Chamberlain. La compañía alcanzaría tal popularidad que, tras la muerte de Isabel I y la subida al trono de Jacobo I, el nuevo monarca la tomaría bajo su protección, pasando a llamarse los King´s Men.
En 1611, Shakespeare se retiró a su pueblo natal.
Shakespeare falleció el 23 de abril de 1616. Estuvo casado con Anne hasta su muerte, y le sobrevivieron sus dos hijas, Susannah y Judith, pero ninguna de las dos tuvo descendencia, por lo que no existe en la actualidad ningún descendiente vivo del escritor. Se rumoreó, sin embargo, que Shakespeare era el verdadero padre de su ahijado, el poeta y dramaturgo William Davenant.
Los restos de Shakespeare fueron sepultados en el presbiterio de la Holy Trinity Church de Startford. El ser enterrado en el presbiterio, cerca del altar mayor de la iglesia, no se debió a su prestigio como dramaturgo, sino a la compra de un diezmo de la iglesia por 440 libras (una cantidad importante en la época). El monumento funerario de Shakespeare, erigido por su familia sobre la pared cernada a su tumba, lo muestra en actitud de escribir, y cada año, en la conmemoración de su nacimiento, se le coloca en la mano una nueva pluma de ave.








Libros leídos:
- Romeo y Julieta (1597)**

  En Verona, dos jóvenes enamorados, de dos familias enemigas, son víctimas de una situación de odio y violencia que ni desean ni pueden remediar. En una de esas tardes de verano en que el calor inflama la sangre, Romeo, recién casado en secreto con su amada Julieta, mata al primo de ésta. A partir de ahí, Shakespeare desencadena la tragedia y precipita los acontecimientos, guiados por el azar y la fatalidad.

  "Una obra atemporal, como casi todas las de Shakespeare. Personalmente, creo que las obras de Shakespeare son maravillosas y únicas para verlas representadas en un teatro, ya que no son tan fáciles de leer como pueda parecer en un principio, pero si encuentras el tono que debes imprimir a sus versos, sin duda disfrutarás de cada una de sus páginas".



- Mucho ruido y pocas nueces (1598)**

  Situada en su mayor parte en un amable marco de jardines, aposentos y fiestas cortesanas, la obra gira principalmente en torno a dos fuertes personajes enfrentados, Benedicto de Padua y Beatriz, adversarios irreconciliables y ambos tan ingeniosos, mordaces y sarcásticos como desdeñosos del amor. A lomos de una trama animada por los equívocos, las traiciones y los imprevistos, los enemigos jurados acaban sin embargo, para su propia sorpresa, en aquel lugar a donde se prometieron nunca ir a parar y, lo que es más, en la compañía para ellos más insospechada.

  "Una de las obras más divertidas e ingeniosas del autor inglés, en la que el eje central, la inquina que se tienen Benedicto y Beatriz, con unas conversaciones plagadas de ingenio, hacen que disfrutes hasta el final de sus páginas. Reiterarme, que para poder disfrutar de las obras de Shakespeare, tienes que darle un tono teatral a la lectura y así poder disfrutar de todo el talento plasmado entre sus líneas".
  

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